¿Cómo podría ser
que entre el césped que se agita en el cerro
las mujeres zamarreen sus trofeos
y los chicos conozcan el vientre del lujo?
Es un curioso dibujo.
Curioso, porque en las perlas y en los poodles
en los azulejos, lisos rubios,
habita el calco estúpido.
Mi amigo, date cuenta:
¿de quién es el calzado que usas?
Mientras tus hijos con sus lupas
queman a los insectos de la periferia,
tu cuerpo pequeño dentro del saco
Secreta los mismos mensajes
que secreta el calco estúpido.
¿Eres tú, acaso, un estúpido?
La respuesta:
En la línea cocida de nuestros labios
Los que sabemos cosas
somos perros celosos.
Lo suficiente para pasar el resto de los tiempos
en laberintos azarosos.
Mi amigo, date cuenta:
nuestras sonrisas y nuestras banderas
de hace tiempo lucen tono común.
Mas no han alcanzado
A rozar el blanco aún.
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