sábado, 29 de diciembre de 2007

Jardín en Ictinos 768

Como un matapiojos,
se deslizó la delicia sobre mi cabeza

Mi abuela Zunilda
me decía cuando niño:
“se te meten por los oídos”.
Pero creo que lo decía
para que no aplastara sus lirios

Como un coleóptero luminoso
de colores que dicen “veneno”
se deslizó la delicia;
parece que no tengo prisa.
No, no tengo prisa.

1 comentario:

Claudia Curimil Hernández dijo...

siempre he admirado la capacidad del ser humano para retornar desde un mundo a otro, en este caso a la infancia, y sobre todo, a una frase... porque es la muestra de que hay detalles que marcan,hieren
... o nos deslumbran para siempre

un abrazo