Este momento líquido
que se durmió sobre la escena
me guiñaba el ojo por siglos.
Tomo su promesa abriendo los labios.
No tarda el abrazo en ser personal:
no tarda el orgullo y su lomo de animal.
Yo sólo quería preguntarte
si algo entendiste en tu mueca cítrica.
¿Podrías bofetear o zamarrear?
Quizás la caricia despertar.
Ayúdame con tu aceite
a liberar el péndulo
que lleva tanto tiempo atascado.
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