jueves, 12 de julio de 2007

Obituario de ayer

En una marmita de cobre
mis huesos añejos
perderán su canto.

Y sometido al llanto
apareo las ideas
de estirpes enemigas:
engendro al demonio.

Más respeto al odio
de vivir en la escalera.
Te consuelas con tubos
brotados del hierro

El humo en mi esqueleto
me arranca la condena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poema fúnebre..triste...melancólico....se extrañan palabras más violentas que manifiesten el desgarro de forma más explícita, y descoloquen. Un lenguaje algo elegante. Se puede jugar más con palabras que descoloquen. SALUDOS

Anónimo dijo...

Todo un Lafourcade este Rodrigo...

"Le doy 500 pesos!"

jajaja

Kayo dijo...

505!