En una marmita de cobre
mis huesos añejos
perderán su canto.
Y sometido al llanto
apareo las ideas
de estirpes enemigas:
engendro al demonio.
Más respeto al odio
de vivir en la escalera.
Te consuelas con tubos
brotados del hierro
El humo en mi esqueleto
me arranca la condena.
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3 comentarios:
Un poema fúnebre..triste...melancólico....se extrañan palabras más violentas que manifiesten el desgarro de forma más explícita, y descoloquen. Un lenguaje algo elegante. Se puede jugar más con palabras que descoloquen. SALUDOS
Todo un Lafourcade este Rodrigo...
"Le doy 500 pesos!"
jajaja
505!
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